Es importante realizar un examen médico y neurológico (ya dijimos que a veces el problema no es la atención en sí misma), a veces es necesario incluso el uso de un tratamiento farmacológico (hiperactividad), aunque yo no soy muy partidaria. Si se hace, hay que tener en cuenta que la medicación es sólo una ayuda, pero NO soluciona el problema, porque los problemas de atención son básicamente psicológicos, por lo que el tratamiento debe ir en esa línea, desde la que podemos utilizar las siguientes técnicas:
- Técnicas cognitivas
- Entrenamiento en estrategias cognitivas
- Entrenamiento en autoinstrucciones
- Técnicas conductuales
- Técnicas operantes: reforzamientos y castigos
- Autocontrol
Las técnicas cognitivas son procedimientos basados en la utilización del pensamiento y el lenguaje que se pueden concretar en conductas como pensar, razonar o solucionar problemas (conductas cognitivas). Ya sabemos que como cualquier otra habilidad, la atención se adquiere por medio del ejercicio, por lo que es primordial conseguir que el niño se acostumbre a realizar ejercicios de atención de forma sistemática. Básicamente hay que conseguir que el niño aprenda a aprender y aprenda a pensar (no nacen sabiendo aprender, ni nacen sabiendo pensar). Esto es útil para todos los niños y necesario para los que tengan problemas de atención. Lo primero que tenemos que tener en cuenta la edad del niño, porque cuanto mayor sea más difícil será mejorar la atención.
Deben practicar constantemente ejercicios con un mínimo de unos 3 meses y la duración de las actividades deben estar en relación inversa a su déficit atencional, es decir, a mayor déficit, menor duración de las mismas. Está bien de 15 a 20 minutos diarios. Los ejercicios pueden ser autoaplicables, pero en el caso de niños con nivel de atención muy bajos es recomendable que sean dirigidos por un adulto. Los ejercicios a practicar dependerán del tipo de problema, pero básicamente son muy buenos algunos tan sencillos como:
- Ejercicios de buscar diferencias
- Ejercicios de tachar los iguales y marcar los iguales - Ejercicios de observar y memorizar y agrupar y memorizar
- Ejercicios de observar y copiar
- Ejercicios de completar frases incompletas
- Sopas de letras…
ENTRENAMIENTO EN AUTOINSTRUCCIONES:
Consiste en modificar las verbalizaciones internas que el niño utiliza cuando realiza cualquier tarea y sustituirlas por otras verbalizaciones apropiadas para lograr el éxito.
Normalmente mientras hacemos algo nos hablamos a nosotros mismos o pensamos. Es como si fuéramos diciéndonos a nosotros mismos lo que tenemos que hacer. Así el pensamiento y el lenguaje actúan como reguladores de las acciones. Pero a veces, no se dispone de ese lenguaje interior y se actúa impulsivamente, sin pensar, y otras veces disponemos de ese lenguaje pero lo utilizamos de forma incorrecta, por lo que no llegamos a solucionar el problema del que se trate.
(No consiste en enseñar al niño qué tiene que pensar sino cómo tiene que hacerlo).
Deben aprender a tener pensamientos o verbalizaciones del tipo:
- a ver, ¿qué estoy haciendo?
- ¿qué me toca hacer ahora?
- Lo estoy haciendo bien
- Cuando acabe esto me tomo una chocolatina…
ya que son muy útiles para focalizar la atención y mantenerla.
El hablarse a sí mismo y darse autoinstrucciones aumenta las posibilidades de alcanzar cualquier meta.
REFORZAMIENTO:
Tenemos 2 tipos el reforzamiento positivo, que consiste en ofrecer al niño una consecuencia positiva (un refuerzo, un premio) cuando lleva a cabo una conducta adecuada o que queremos que se repita más veces. Hay muchos tipos de reforzadores que podemos utilizar, teniendo en cuenta que cada niño es único y a cada uno le gustarán unas cosas: - Materiales:
Regalos
Caramelos
Ropa
Dinero
- De actividad:
Escuchar música
Ver un programa de la TV
Ir de excursión
Salir a jugar con los amigos
- Sociales:
Sonrisas
Besos
Abrazos…
Elogios…
Expresiones…
También existe el reforzamiento negativo que consiste en hacer desaparecer una situación que sea desagradable para el niño cuando éste realiza ciertas conductas (adecuadas).
Es muy importante en la educación de los niños el basarnos en el reforzamiento y en el gran poder que tiene, ya que esta ya muy demostrado que reforzar las conductas adecuadas tiene mayores efectos que castigar las inadecuadas. Sin embargo aún estamos acostumbrados a fijarnos sólo en lo que hacen mal los niños y prestarles mucha atención cuando hacen algo mal y sin embargo no les prestamos tanta atención ni les premiamos cuando hacen las cosas bien. Muchos padres se niegan a “pagar” a sus hijos por portarse bien cuando ellos mismos trabajan por refuerzos materiales EL CASTIGO:
Es justamente lo contrario del reforzamiento, es decir, se da al niño una consecuencia negativa para él cuando realiza una conducta inadecuada (castigo positivo), o se le quita algo que le gusta o que es agradable para él (castigo negativo).
El castigo muchas veces es útil, siempre como último recurso y sobre todo utilizado correctamente (que es lo que no se sabe hacer). Hay muchos tipos, pero sobre todo debemos saber que el castigo físico no está nada recomendado y sobre todo para niños con déficits atencionales (y mucho menos en los hiperactivos), siendo mucho más eficaz castigar suprimiendo o retrasando algún tipo de refuerzo que sea importante para el niño (hasta que no hagas ... no vas a tener ...), y siempre avisando al niño del posible castigo y por supuesto cumpliéndolo si él no responde como queremos.
Y en cuanto a las reprimendas o riñas, hay que tener en cuenta que son más eficaces si se hacen con voz tranquila y firme que gritando.
AUTOCONTROL:
Consiste en que el niño se proponga pequeñas metas relacionadas con su trabajo o su comportamiento estando atento a su conducta para poder evaluarla al final de cada día y estableciendo las expectativas para el día siguiente.
Se puede utilizar un programa de economía de fichas o puntos en el que el niño cada noche se apunta p.e. tres puntos si ha conseguido su meta o se resta 1 si no lo ha conseguido, y al final de la semana puede cambiar sus puntos por reforzadores (que habrá pactado con sus padres), o guardárselos para ir acumulándolos y conseguir otro mayor.
Vamos a ver algunos ejercicios que podemos hacer para mejorar la atención de los niños teniendo en cuenta que NO podemos motivar a un niño proponiéndole directamente actividades en las que justamente ha fracasado una y otra vez, además utilizando actividades y temas que le interesen aumentará por sí mismo la atención que le preste a la tarea. Entonces debemos empezar a utilizar tareas que no parezcan tales y para conseguirlo lo mejor es jugar con los niños, utilizando cosas familiares y atractivas. Cualquier juego puede ser utilizado para comenzar un programa de mejora de la atención (si le gusta el ordenador nos basaremos en él, si lee cómics utilizaremos los cómics, si sólo le gusta la TV ésta será la base de nuestra intervención...). Otra cosa es que hay que proponerse metas parciales, ir poco a poco, con tareas que el niño pueda realizar sin dificultad, con las que él pueda ver que lo hace bien (esto anima mucho a seguir), para ir aumentándola a medida que se avance. Y recordemos que un aspecto muy importante es poner más énfasis en valorar y resaltar las conductas positivas que en reprender o castigar las negativas. Tanto los maestros como los padres debemos conseguir:
-NO prejuzgar al niño calificándolo de vago, desinteresado o “inquieto”, perezoso, que no se entera de nada…
-NO interpretar (erróneamente) que sus conductas son actos deliberados de desobediencia, rebeldía y/o desafío…
- NO concentrarse en sus aspectos negativos, NI ridiculizarlo frente a sus compañeros.
- SI formar un equipo de trabajo entre padres y maestros (en lugar de aislarse entre ellos).
- SI ofrecer modelos de conducta reflexiva
- SI poner límites educativos claros y adecuados a la capacidad del niño
Otra cosa que hay que tener en cuenta es que si los padres riñen exageradamente al niño pueden estar fomentando un déficit de autoestima por su parte (sobretodo si lo critican por todo lo que hace) y realimentan el trastorno, ya que el pequeño acabará por no esforzarse por portarse bien al ver que siempre acaban riñéndole haga lo que haga.
Y antes de acabar antes he comentado la importancia de ser buenos modelos para los hijos, de ofrecer modelos de conducta reflexiva. Esto es muy importante, ya que los padres somos (queramos o no) modelos para nuestros hijos y de nosotros ellos lo van a aprender casi todo.
En la familia se produce de forma natural uno de los métodos de aprendizaje más importantes, el llamado aprendizaje vicario o modelado que consiste en aprender por observación (observando a los que son sus modelos).
+ El niño observa nuestra manera de responder a las diferentes situaciones,
+ observa nuestra manera de comunicarnos,
+ nuestras prioridades,+ nuestros valores,
+ nuestras actitudes...
+ y van aprendiendo comportamientos, van aprendiendo a responder de determinadas maneras ante determinados estímulos...
Destacamos entonces la importancia de ser buenos modelos para los niños. Démonos cuenta de que los padres somos los primeros y principales maestros de los niños, y de que les enseñamos con nuestra actuación, por lo que no podemos tomarlo a la ligera, tenemos la responsabilidad de hacerlo bien.
En este tema de la atención, el modelar puede significar algo tan sencillo como enseñar al niño a atender p.e. cuando otro habla, en primer lugar atendiéndole nosotros cuando nos habla él, mirándole a los ojos, haciéndole señas para que capte que le estamos escuchando y atendiendo, haciéndole preguntas sobre lo que dice, y sobre todo no distrayéndonos con la TV y otras cosas mientras él nos cuenta sus cosas. Del ejemplo que les demos en casa van a aprender más de lo que parece.
Gloria Martí (Pedagoga)
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